Alexander Green es un joven cirujano plástico que vive en Los ángeles, entre fiestas y surf, hasta que es testigo de un crimen que lo obliga a entrar en protección de testigos. Para su asombro, es enviado a Sutton, un pequeño pueblo de Alaska, todo lo contrario a lo que está acostumbrado. Un lugar tan lejano como el corazón de la sheriff local, Rylee Scott, una treintañera que ha renunciado al amor, y que pronto despertará el interés de Alex.
Romance, comedia y nieve, juntos en una sola historia…
Hermosa... no tenemos otra palabra para describir esta novela.
La disfrutamos mucho, una historia simple, sin tantas complicaciones, bien escrita y entretenida.
Ciertamente, a veces las circunstancias te llevan por caminos que no esperabas, pero no hay que verle el lado negativo, sino saber sobrellevar las cosas y fluir con la corriente, porque al final puedes descubrir cosas de ti mismo que en tu vida cotidiana no te abrías dado de cuenta.
En sí es un libro que cuenta dos historia, una que comenzó hace mucho y está por terminar, y otra que se da naturalmente...
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