Una novela de amor repleta de risas y emociones que hará, una vez más, las delicias de las fans de la autora y entusiasmará a sus nuevas lectoras.
Cristina tiene ocupadas todas las horas del día. Trabaja de la mañana a la noche en una inmobiliaria, es acompañante turística y también oficiante en bodas en sus ratos libres.
Eric es alegre, cariñoso y divertido. Vive entregado a su trabajo como fisioterapeuta en un hospital y a sus treinta y cuatro años no ha tenido ninguna relación seria.
Ambos se conocen a través de una página de internet y el desafortunado malentendido que se produce en el primer encuentro ocasiona un enfrentamiento difícil de superar.
La frenética actividad laboral de Cristina da lugar a un accidente que hace que sus vidas se crucen de nuevo. Eric tendrá que recurrir no solo a su experiencia profesional, sino también a toda su paciencia e imaginación para hacerse perdonar por Cris y conseguir que olvide el desastre de la primera cita.
Una historia divertida que, sin mentir, en el segundo capítulo estarán riendo a carcajadas por los enredos de estos protagonistas.
Cristina es una chica alegre, hiperactiva y muy comilona, que lastimada por una relación del pasado, cree que no está hecha para compartir su vida con alguien. No puede estar tranquila un minuto de su vida, ya sea barriendo o saliendo a caminar, necesita moverse, por lo que se inscribe en una web para hacer recorridos turísticos los fines de semana y así ganar dinero extra, mientras que a su vez su gran amiga Amanda la inscribe en una web de citas (sin que ella se entere) lo que hace que un chico (Eric)se interese por ella y la llame y así comienza todo...
Eric es un terapeuta muy dulce y romántico. Está cansado de tener relaciones de una noche y siguiendo los consejos de su amigo y compañero de piso, Moises, se inscribe en la misma web de citas en la que coincide con Cris.
Un malentendido y un accidente podrían ser la clave del éxito (o del fracaso) de esta peculiar relación .
Ana como siempre, con su lírica fresa y llevadera, hará que no sientan las páginas de esta novela, se sumergirán tanto en la historia que perderán el sentido del tiempo.
Una historia muy divertida y romántica que nos enseña a los que creemos que somos personas complejas y que creemos que no encontraremos a ese «alguien» con quien compartir nuestra vida, que debemos ser positivos y creer en el refrán de "para cada roto, hay un descosido".
Cristina es una chica alegre, hiperactiva y muy comilona, que lastimada por una relación del pasado, cree que no está hecha para compartir su vida con alguien. No puede estar tranquila un minuto de su vida, ya sea barriendo o saliendo a caminar, necesita moverse, por lo que se inscribe en una web para hacer recorridos turísticos los fines de semana y así ganar dinero extra, mientras que a su vez su gran amiga Amanda la inscribe en una web de citas (sin que ella se entere) lo que hace que un chico (Eric)se interese por ella y la llame y así comienza todo...
Eric es un terapeuta muy dulce y romántico. Está cansado de tener relaciones de una noche y siguiendo los consejos de su amigo y compañero de piso, Moises, se inscribe en la misma web de citas en la que coincide con Cris.
Un malentendido y un accidente podrían ser la clave del éxito (o del fracaso) de esta peculiar relación .
Ana como siempre, con su lírica fresa y llevadera, hará que no sientan las páginas de esta novela, se sumergirán tanto en la historia que perderán el sentido del tiempo.
Una historia muy divertida y romántica que nos enseña a los que creemos que somos personas complejas y que creemos que no encontraremos a ese «alguien» con quien compartir nuestra vida, que debemos ser positivos y creer en el refrán de "para cada roto, hay un descosido".
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