Kat era divertida, apasionada y atrevida, pero sobre todo era intensa; la clase de chica por la que Erik sería capaz de perder la cabeza.
Ambos hicieron un trato hace tres años: vivir un amor perfecto durante solo 13 horas y decirse adiós para siempre; jamás volverían a saber del otro y el recuerdo de esa noche en Viena permanecería intacto.
Sin embargo, el destino es caprichoso y ha querido que se vuelvan a encontrar en París.
Kat está decidida a no cometer un error que pueda estropear lo que tuvieron, pero el deseo puede ser devastador y persuasivo, y ambos tendrán que tomar una decisión: ¿Intentarán preservar el recuerdo de su primer amor manteniéndose alejados, o renunciarán a él y se arriesgarán a perderlo todo?
¡Qué libro tan bonito!
Tiene temas cliché pero los trata de manera diferente que hace que quedes prendida en ella. Es divertido, tiene unas escenas que realmente te quedas impactada ya que, como dije, son cliché pero la reacción de los protagonistas (más de Kat) es todo lo contrario a lo que esperas, lo que hace atractiva y diferente la novela. Aunque el giro de la historia no está hasta casi el final, este mismo te deja intrigada. No es un final abierto, tampoco está cerrado del todo. Pareciera que habrá un segundo.
En ratos daba ganas de matar a Kat, pero poco a poco descubres el por qué de su temor, y a su vez eres testigo de como poco a poco cambia de opinión y madura en esos aspectos.
Erik es un amor. Pero el reencuentro está marcado por él y es bueno el juego de este par tras eso.
Ligera, fresca. No la lees de un tirón ya que es un poco extensa, pero es una buena compañía para pasar el rato.
No hay comentarios