Elle posee una cabeza brillante, la misma que la pondrá en medio de una situación peligrosa donde para continuar con vida tendrá que ceder lo más preciado que tiene: su futuro —durante un tiempo— y el control a él, a ese hombre del que no sabe nada salvo que es accionista importante del laboratorio donde trabaja y que como cualquier millonario, es excéntrico y poderoso, que la intimida con esa mirada felina, con esa seguridad, con su imponente y desconcertante físico, además de la manera de comportarse. Pero Dáran Lancaster dista mucho de ser lo que imagina.
Arrancada de su realidad Elle no tendrá más opción que averiguarlo y soltar todo lo que hasta ese momento la ha definido para comenzar un viaje que no tendrá retorno, donde la química, los juegos y las explosiones de carácter serán parte de una aventura que a ambos los trastornará.
¿Cómo se puede sentir plenitud y abominación al mismo tiempo? ¿Cómo se convive con sentimientos constantes que son opuestos, que no están bien, que acechan y sumergen? Pero a la vez la hacen sentir libre, plena y tan mujer. ¿Cómo?
Elle es una científica de 24 años, muy protegida por su padre, no tuvo una infancia normal: no habían juegos, no habían historias para entretenerse. Todo lo que debía hacer era estudiar ya que su curiosidad innata y su grandioso cerebro la llevarían lejos... pero esta vez la ha metido en un gran problema.
Dáran por su parte es un hombre que está rodeado por un aura oscura; sus tatuajes, su ceja partida complementan esto. Dueño de laboratorios de farmacéuticas y de otros negocios heredados.
La historia inicia con ella despertando en un lugar desconocido, con ropa que no es suya, en una cama que no es suya, y sin poder salir de aquella habitación. Asustada llega a la conclusión obvia: fue secuestrada. Dáran trata de calmarla pero por unos cuantos días ella tratará de llevarle la contraria, como una especie de revelación por su parte. Pero este no es el primer encuentro de ellos, ya que se conocieron en un evento pero ella, tan cerrada y esquiva, lo ignoró por completo, mientras que para él ella se convirtió en un imposible.
Elle llama bestia a Dáran por que él sin duda es un hombre muy territorial y un poco mandón, ella no lo conoce por lo que lo ve como enemigo. Pero aunque no es prisionera de "esta bestia" estará rodeada sobremanera de protección, además debe seguir trabajando, pero ahora para Darán. Poco a poco el lector encontrará el motivo por el cual ella está sobre protegida, sin duda no fue la forma adecuada de cuidarla pero nuestro protagonista, no sabía como llegar a hacerlo. Es aquí donde muchas de las personas acostumbradas a la pluma de la autora puedan llegar a sentirse confundidos e incluso ofendidos, ya que la parejita, con tanto tiempo junto, llega a conocerse y enamorarse, más, el cerebro lógico de ella sabe que no está bien.
A todas luces parece una historia sobre el Síndrome de Estocolmo, pero hay un detalle que nos gustó, Ana nos lleva a Nueva Zelanda a conocer una cultura: Maorí, fue muy bien detallada y documentada, le da un plus interesante a la historia. Lo que a nuestra opinión jugó un poco en contra fue lo extensa de la historia, da la sensación que da muchas vueltas para llegar a la resolución del problema.
Hemos constatado que esta novela ha sido comparada con una conocida película y ha despertado todo tipo de comentarios, tanto buenos como malos. No nos queda más que decir que aunque es extenso, sí nos entretuvo bastante.
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