Un hombre adicto al riesgo. Una mujer de armas tomar.
La pareja perfecta si logran eliminar algunos escollos: una combinación explosiva cuando se juntan.
¿Té o café? ¿Qué prefiere la misteriosa mujer que Cristian no ha podido olvidar?
Las cámaras bifocales crean imágenes iguales, pero no idénticas. ¿Por qué no supo verlo?
Bajo nombres falsos, Cristian y Lorena se conocen en un bar de hotel. La atracción que surge entre ellos, a la que ninguno se puede resistir, les hará vivir una noche de pasión que ninguno olvidará.
Se reencuentran años después, con sus verdaderas identidades, él fotógrafo, ella restauradora de arte, para comprobar que la química del pasado sigue existiendo. Pero Lorena tiene pareja y para evitar la tentación pide a su hermana gemela que la suplante en determinados momentos y haga alejarse a Cristian de su vida.
Este, que ignora que son dos, va de una a otra completamente descolocado. Cuando comprende la verdad, el enfado de saberse engañado le hace tomar medidas drásticas que cambiarán la vida de todos.
Una mujer de armas tomar: la gemela intrépida, ávida de aventuras.
Un hombre adicto al riesgo que, además, apaga el fuego de chicas preciosas.
Una combinación explosiva cuando se juntan que se puede convertir en la pareja perfecta si logran eliminar algunos escollos.
César es bombero y adicto al riesgo y desde que la conoció se siente atraído por la gemela de su cuñada.
Mónica es la hermana peligrosa, divertida, sexi y el tipo de mujer capaz de seguirle en todas sus aventuras.
Pero, aunque ella siente lo mismo, el hecho de que sea parte de la familia la hace reacia a iniciar una relación con él más allá de la amistosa. César tendrá que volverse imaginativo y ofrecerle algo que nunca haya vivido antes para que baje la guardia.
Vaya historias. Ana nunca nos decepciona.
En esta ocasión nos trae una bilogía nada más y nada menos de hermanos, en la cual nos muestra un poco de como son las relaciones hermanos con hermanas.
Lorena y Mónica son gemelas idénticas pero de personalidades muy diferentes. Lorena es muy metódica y todo lo planea, lo que gusta que las cosas no vayan como ella las quiere, una noche se suelta la melena y se enrolla con alguien que seguramente no volverá a ver en su vida, pero el destino tiene otras jugadas y los vuelve a reencontrar... pero no es Lorena con la que tiene el primer encuentro, sino con Mónica. Cristian llega a poner patas arriba el mundo controlado que Lore creía tener.
Una historia en la cual puedes notar como cada personaje evoluciona, como los secretos y los enredos crean una telaraña grande que solo hará que las cosas que pongan tensas, además de que el orgullo y la cobardía jugarán un papel importante. Ana nos hizo conectar con el libro y sus personajes.
Los encuentros fortuitos relacionan a las gemelas Rivera con los hermanos Valero, y sí, la historia de Mónica empieza un poco aquí, pero tendrá su momento en el segundo libro.
Podríamos decir que este libro nos recordó un poco a “juego de gemelas” ¡no piensen mal! No es nada de lo que creen, sino que al inicio del mismo se enredarán un poco, por estas singulares personajes.
En la segunda entrega, es el turno de Mónica, la gemela intrépida y arriesgada, aquella que no le gustan las relaciones ni los formalismos, y de César el hermano aventurero de Cristian aquel que le gustan los deportes extremos... ambos tienen mucho en común: a ambos le gusta la adrenalina, pero Mónica no quiere enrollarse con el cuñado de su hermana, su experiencia con hombres le ha enseñado que sus relaciones no terminan bien, pero otra cosa que ambos tienen en común es que son cabezotas, así que mientras ella huye del compromiso, él se ha empecinado en conquistarla.
Aquí somos testigos de la terquedad de Mónica, ella simplemente no quiere aceptar que se ha enamorado y prefiere dejar las cosas como están, simplemente ser “familia” e ir a hacer senderismo juntos. Pero el tiempo libre que pasan hará que poco a poco se vaya enamorando de él aunque siempre se engañe a si misma. En su férrea lucha por conquistarla, babearemos con este protagonista... esta segunda entrega está llena de celos, ternura, amor fraternal, risas y por supuesto, muchísimo amor.
Esta bilogía es muy corta, fáciles y rápidas de leer. Enganchan desde la primera página y les aseguramos que habrá momentos en los que es imposible que suspiren o se conmuevan mucho.
Ana Álvarez, sin duda una apuesta siempre segura.
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